Viniste a mi casa descalza y te clavaste un clavo,
Diste dos saltos con la pierna derecha en alto,
Después llenaste de líquido rojo el living
Yo corrí al baño y saqué algodón
Abrí la cama de dos plazas,
Tiré las mantas al suelo y corté pedazos de algodón
Muchos pedazos y los fui tirando
Hasta que tape todo el colchón
Después te busqué y te acosté
Puse tu cabeza en un almohadón
Te saqué el pelo de la frente
Y puse tu talón derecho encima de los pedazos de algodón
Como un tabique
Cerrastelosojosyapaguélaluz
Abrí la ventana y bajé un poco la persiana
Para que no se volaran los pedazos de algodón
(Cuando cortaba el
algodón sentía un temblor en los dedos,
Y pensaba en los niños
que juntaban el algodón por la mañana,
La espada encorvada,
el morral repleto
Y lo deditos como
pasas de uva)
Seguiste durmiendo y yo mirando por la ventana
A las cuatro de la mañana te despertaste
Y me preguntaste cómo había llegado el clavo al living
Y yo no te supe contestar hasta que te volviste a dormir
Y me quedé pensando cómo es que llegan algunas cosas
A ciertos lugares y uno no sabe cómo
Se hizo de día y te desperté tocándote el talón
Que es como la vida
Tiene que ser duro y sensible a la vez
Tienen que caminar por todos los terrenos
Acostarse, pararse, caminar, desnudarse,
Taparse, cuidarse, malgastarse, romperse,
Curarse para hacerse más fuerte,
(Vos mirabas los
pedazos de algodón llenos de sangre,
Tu sangre, y yo
caminaba en la nada de la mañana,
Ves, mira, no me
duele, no me duele más, nunca más,
Porque a veces la noche se disfraza de cura
y los talones
reflorecen)
Tiré el algodón al suelo
y me tapé hasta la
frente.
Cuando me desperté ya era de noche.
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