Intento destrozar el cerco de flores que rodea mi corazón
Idiotas.
Me siento, le tiro vino, lo pateo.
Me arrepiento.
Idiotas, idiotas, idiotas.
Que andan en la vida predicando
Sé reconstruir cada mañana
Ese cerco. Ese espacio en dónde las lágrimas. Las paredes que construí alguna vez. Valen como una
caricia
Que no termina nunca. Que no tiene rumbo. Que baja.
Idiotas: nunca les voy a vender mis flores muertas!
El vagabundo que está llamando a tu puerta tiene puestas las ropas que tú llevaste una vez.
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